Mi granito de arena

…compartiendo mis recursos.


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¿Qué hacer para que me den lo que necesito?

Recuerdo que mis amigos de la prepa muchas veces, lejos de apoyarnos, nos aplastábamos unos a otros… nunca me enseñaron a ligar, pero me enseñaron que si no me aplicaba ¡Alguien mas lo iba a hacer! Y así, me “bajaron” a muchas.
Claramente no era lo que yo necesitaba, pero todos hacíamos lo mejor que podíamos y yo nunca me acerqué a pedirles apoyo de manera clara.
Después de años de andar con alguien ¿todavía no te da lo que necesitas? ¿Tienes amigos de toda la vida que aún no saben qué hacer cuando estás triste? ¿En momentos de crisis te encierras porque sientes que nadie te entiende? Quizá, esto tenga que ver con que no te has hecho responsable de recibir lo que quieres.
Hace algunos años estaba pasando por una crisis muy fuerte, mi sentido de vida en ese entonces era: “hacer de este mundo un mejor lugar para vivir” y se estaba desmoronando. Perdí sentido en todo lo que hacia y una de mis mejores amigas me sintió achicopalado y decidió invitarme a comer.
En la comida, le platiqué que no encontraba sentido en lo que estaba haciendo y cosas así; cuando terminé de hablar, mi amiga -amorosamente– me dijo: “no tienes que sentirte asi, yo he ido a muchos centros y cursos. Ustedes son los que más me han servido, jamás creí atreverme a enamorarme y vivir en pareja y ustedes me ayudaron mucho con eso”. Sentí su intención amorosa, pero mi reacción interna fue no le cuentes, para ella no está bien que te sientas así.
Estaba a punto de darle el avión y fingir que todo estaba mejor, cuando me pregunté: ¿ese es el tipo de relación que quieres tener con esta amiga? Mi respuesta fue NO y decidí hacerme cargo. Comencé diciéndole: “reconozco tu intención amorosa al querer quitarme la sensación fea, pero siento rechazo. El mensaje que me llega es que cuando esté triste o bajoneado, mejor ni te busque, porque siento que así no soy bienvenido en tu espacio”. La respuesta fue lo que necesitaba me dio la bienvenida con mi sensación y me dijo que sintiéndome así me quería; me gusto verla empatica y amorosa y desde ese día, la relación es mas cercana y comprensiva.
Lo mismo pasa con mi pareja. Cuando ella -porque tiene una vida además de mi y no porque su amor por mi, sea poco- deja de hacer algo que es importante para mi, amorosamente me acerco a ella y le recuerdo lo que es importante para mi. Con mis amigos, familia y colaboradores, procuro hacer lo mismo.
Recibir lo que quiero recibir es responsabilidad mía, la gente no adivina mis necesidades y todos tenemos necesidades distintas. Un paso crucial para poder pedir es sentirme lo suficientemente valioso como para saber que los demás pueden hacer algo por mi. También, es importante estar en contacto con la parte de ti que no se siente suficiente, pero esa es otra historia…
                                    


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A veces para ganar, tienes que perder…

Dicen que el ser humano es el único que tropieza dos veces con la misma piedra.
¿Cuántas veces tus relaciones de pareja han terminado por lo mismo?
¿ Cuántas veces te han traicionado diferentes personas?
¿Suelen “tocarte” jefes que abusan?
Probablemente, el correr del dolor en situaciones como estas, no te ha permitido tomar las lecciones para vivir cosas distintas.
Una de las cosas que mas me gusta como terapeuta y tallerista, es el lugar seguro que viven mis pacientes y alumnos en Evolución Terapéutica -nombre que tiene el centro al que pertenezco-; todo el tiempo platican acerca de cómo cuando llegan no se quieren ir, se sienten seguros, acompañados y escuchados. Uno de los dolores mas grandes que he vivido, es darme cuenta, que no genero lo mismo con las personas que trabajan aquí.
Hace unos días, la especialista a la que mas cariño le tenemos y valoramos su trabajo, renunció. ¿La causa? Muy simple: “Odio estar aquí, no siento que valoren mi trabajo y cada vez que vengo, salgo sintiéndome peor“. El dolor de ver cómo no generamos en nuestros colaboradores lo mismo que en nuestros pacientes, nos hizo ver -a mis socios y a mi- muchos de los errores que hemos estado cometiendo.
Dicen que echando a perder se aprende, pero solo si la “echada a perder” te duele. Aprendí a andar en bici con raspones y trancazos; aprendí a usar el equipo adecuado con una rodilla rota y aprendí a cuidarme en la cocina, con cortadas y quemadas.
El dolor enseña y no solo el dolor físico. Aprendí a ligar, viviendo el dolor de ser rechazado o -aún peor- el dolor de ser aceptado y no mostrarme; aprendí a cuidar las relaciones, viviendo el dolor de perder y lastimar a la gente y aprendí a ser responsable, viviendo el dolor de el daño que hacía mi irresponsabilidad.
Errar es humano, no importa cuanto estudio, experiencia y autobservacion tenga, voy a cometer errores. Cuando cometo un error como terapeuta, me doy permiso de vivir el dolor que eso me causa y aprender de ese error para no volver a cometerlo. Vivir el dolor, también me ayuda a cuidar a las personas y -de ser necesario- compensar el error cometido.
El dolor de haber lastimado a esta persona nos ha llevado a hacer muchos cambios positivos como empresa, pero también nos llevó a algo muy bonito; en cuanto esta persona renunció, no pudimos decirle mas que: “tienes razon y te pedimos disculpas” pero sabíamos que las disculpas no bastarían; así que, pedimos nos diera chance de darle una compensación de algún tipo. Independientemente de su renuncia, para nosotros era importante resarcir el daño hecho, aunque ya no trabajara aquí. ¿El resultado? Después de un día, decidió regresar bajo nuevas reglas y por nuestro lado, bajo nuevos cuidados para ella.
Me conmovió mucho ver cómo esta persona aprendió a cuidarse y sobre todo, a hacerse responsable de recibir lo que quiere. Para tener relaciones humanas sanas es indispensable hacerte cargo de recibir lo que quieres, pero esa es otra historia.


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¿Por qué es importante la gratitud?

Hace 2 meses murió el que fue mi papá de amor; el 17 de diciembre le diagnosticaron cáncer y en menos de 3 meses se fue… Me siento bastante dolido por no haber estado más cerca en el proceso de irse, sé que hice lo mejor que pude, sé que no me había caído el 20 de lo que grave que era su enfermedad, pero saber esto no me quita el sentirme de la chingada por haber estado lejos.

 

No dejaba de sentirme mal por estar lejos de él hasta que un día mi mama me dijo: “Yo siempre me molestaba porque tú y tu hermano no nos hablaban y el siempre me respondía: Así son, ellos no hablan pero nos aman mucho, acéptalos como son.” En ese momento mi dolor cambió ¿Por qué estuve lejos de alguien que me conocía y aceptaba como soy?

 

Desde ese día, no me he podido acercar mucho a la gente y tengo claro que es porque no me he permitido vivir el dolor. Hasta hoy, lo único que me permite tocar el dolor es agradecer lo que me dio. Muchas cosas en mi vida no existirían sino hubiera estado él en ella; me mostró lo grato que es que te lean un cuento, lo rico que es chupar despacio un chocolate y no devorarlo, a disfrutar los juegos de mesa, a darle a la gente su espacio, a sacar lo mejor de mi… años de lecciones.

 

Pero, la que para mi, es la mas valiosa me la dio cuando ya no estaba; aceptar a la gente como es y amarla como es. Entiendo por que tantas personas fueron a su funeral y por que tantos han llorado su muerte. No existen tantas personas con la cualidad de aceptar a los demás como son y estar cerca, cuidándote y cuidándolo. Mientras escribo esto y lloro, vienen personas a mi mente que sé son importantes para mi y veo como sí me he acercado en estos dos meses.

Para mi, la gratitud sin una acción correcta, no es gratitud autentica; si estoy agradecido con alguien por algo que hizo, busco la forma de hacérselo saber y darle algo de vuelta. Se que para mi papá de amor -donde quiera que esté- el verme mas cerca de la gente que quiero, es darle algo de vuelta; verme cercano y pleno, asustado y dolido, acercándome y aprendiendo… eso le es suficiente. 

 

El permitirme agradecer todo lo que me dio, me acerca a él. El agradecerle me duele porque fue alguien que me dio y nutrió mucho y ya no esta; el dolor es lo que me permite tomar la lección y hacer algo distinto. A veces para ganar mucho, tienes que perder cosas muy importantes para ti, pero esa es otra historia…

papádeamor


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¿Estás siendo todo lo que te gustaría ser?

Crecí en una familia contestataria, nacionalista y con un fuerte sentido de crítica. Suelo decir de broma (aunque, es de hecho, un poco cierto) que fui concebido, parido y criado en una manifestación. Hace algunos años decidí  tomar mi propia bandera en la lucha por un mundo mejor: el vivir nuestras emociones.

En mi familia existe una “guerra contra halloween”.  Muchos años he estado triste por ver cómo poco a poco el día de muertos va muriendo. Lo curioso es que, si bien, el día de muertos es mi festividad favorita, Halloween no está del todo mal. Las fiestas de disfraces son muy divertidas y la idea de hacer casas de los sustos para que los niños pasen un buen rato, al pedir su calaverita, me agradan.

Lo curioso de esta guerra, es que me he quedado sin ambas; hace algunos años que no pongo la ofrenda.  Muchos de los recuerdos más gratos de mi infancia, son poniendo la ofrenda con mi mamá, mi padrastro y mi hermano Fabio. Tampoco he practicado hacer alguna casa de los sustos o práctica similar para los niños hambrientos de picaduras de dientes.

Quizá estas palabras les parezcan puro chisme o palabrería sin sentido, lo curioso es que vivimos en un mundo donde solemos hacer lo mismo. Aún recuerdo la primera vez que escuché: “Por qué no más  “y” y menos “o”. Muchas veces, las opciones que queremos no son mutuamente excluyentes, existen casos de personas como Newton: físico, matemático, alquimista…

 El próximo año, escogeré vivir lo mejor de ambos mundos, invitaré a mis seres queridos a poner la ofrenda, partiré el pan de muerto con ellos y dejaré mi casa con olor a mirra y copal. También, prepararé una casa de los sustos para los niños, planearé bien mis disfraces para las fiestas y haré maratón de pelis de terror.

Mi invitación sería practicar el más “y” y menos “o”. Puedes ser un godinez y un actor, un terapeuta y un escritor, un abogado y un pintor… o inclusive, todas las anteriores. Puedes ser tierno y firme, comprensivo y estricto, cercano y distante. Parte de lo más chido del ser humano es la complejidad que podemos llegar a tener, podemos tener cosas aparentemente irreconciliables  dentro de nosotros: somos complejos, multifacéticos y un hermoso mar de contradicciones.

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 Imagen sacada de http://www.artoftebin.com/?p=1580


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Para ti ¿qué es lo importante?

Comenzar con este proyecto/blog fue en extremo difícil para mí, de hecho, continuarlo también requiere una parte importante de mi energía.

Por un lado, está el hecho de exponer mis ideas, de decirle al mundo esto es lo que pienso, así es como vivo y tengo esto para compartir, porque al decirlo me expongo al juicio, la crítica y al dolor. Sé que al leer esto a muchos de ustedes les gustaría decirme “¡Hey! No debe importarte lo que los demás digan/piensen, y mucho menos dolerte”.

De hecho me importa y mucho, asumirlo, me ayuda a conocerme, ser honesto conmigo y sobre todo cuidarme. Durante muchos años de mi vida realmente pensé que no me importaba la opinión de los demás, y actuaba en consecuencia. El resultado no fue muy agradable; vivía demostrando cómo no me importaba lo que pensaran los demás de mí. Y lo peor, no podía pedir reconocimiento, opinión positiva ni palabras de afirmación (cosas en extremo necesarias para mí)

Hoy que reconozco lo importante que es para mí la opinión de los demás puedo usarlo a mi favor. Antes cuando me sentía criticado reaccionaba de forma violenta, hoy sé que lo que pasa es que me duele, al saberlo puedo dejar de defenderme, pedir que me den su opinión de manera distinta y así poder aprender de las opiniones externas. También puedo ir con personas que quiero y pedirles reconocimiento que es muy nutritivo para mí.

Aceptar lo importante que es para mí la opinión de los demás me permite reconocer lo valiente que soy al exponerme a la crítica. Aunque a veces es difícil reconocer mis necesidades y las cosas que me afectan (sobre todo cuando son emociones o situaciones que la sociedad no permite) tiene grandes ventajas.

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Brené Brown; investigadora de la vergüenza