Mi granito de arena

…compartiendo mis recursos.


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A veces para ganar, tienes que perder…

Dicen que el ser humano es el único que tropieza dos veces con la misma piedra.
¿Cuántas veces tus relaciones de pareja han terminado por lo mismo?
¿ Cuántas veces te han traicionado diferentes personas?
¿Suelen “tocarte” jefes que abusan?
Probablemente, el correr del dolor en situaciones como estas, no te ha permitido tomar las lecciones para vivir cosas distintas.
Una de las cosas que mas me gusta como terapeuta y tallerista, es el lugar seguro que viven mis pacientes y alumnos en Evolución Terapéutica -nombre que tiene el centro al que pertenezco-; todo el tiempo platican acerca de cómo cuando llegan no se quieren ir, se sienten seguros, acompañados y escuchados. Uno de los dolores mas grandes que he vivido, es darme cuenta, que no genero lo mismo con las personas que trabajan aquí.
Hace unos días, la especialista a la que mas cariño le tenemos y valoramos su trabajo, renunció. ¿La causa? Muy simple: “Odio estar aquí, no siento que valoren mi trabajo y cada vez que vengo, salgo sintiéndome peor“. El dolor de ver cómo no generamos en nuestros colaboradores lo mismo que en nuestros pacientes, nos hizo ver -a mis socios y a mi- muchos de los errores que hemos estado cometiendo.
Dicen que echando a perder se aprende, pero solo si la “echada a perder” te duele. Aprendí a andar en bici con raspones y trancazos; aprendí a usar el equipo adecuado con una rodilla rota y aprendí a cuidarme en la cocina, con cortadas y quemadas.
El dolor enseña y no solo el dolor físico. Aprendí a ligar, viviendo el dolor de ser rechazado o -aún peor- el dolor de ser aceptado y no mostrarme; aprendí a cuidar las relaciones, viviendo el dolor de perder y lastimar a la gente y aprendí a ser responsable, viviendo el dolor de el daño que hacía mi irresponsabilidad.
Errar es humano, no importa cuanto estudio, experiencia y autobservacion tenga, voy a cometer errores. Cuando cometo un error como terapeuta, me doy permiso de vivir el dolor que eso me causa y aprender de ese error para no volver a cometerlo. Vivir el dolor, también me ayuda a cuidar a las personas y -de ser necesario- compensar el error cometido.
El dolor de haber lastimado a esta persona nos ha llevado a hacer muchos cambios positivos como empresa, pero también nos llevó a algo muy bonito; en cuanto esta persona renunció, no pudimos decirle mas que: “tienes razon y te pedimos disculpas” pero sabíamos que las disculpas no bastarían; así que, pedimos nos diera chance de darle una compensación de algún tipo. Independientemente de su renuncia, para nosotros era importante resarcir el daño hecho, aunque ya no trabajara aquí. ¿El resultado? Después de un día, decidió regresar bajo nuevas reglas y por nuestro lado, bajo nuevos cuidados para ella.
Me conmovió mucho ver cómo esta persona aprendió a cuidarse y sobre todo, a hacerse responsable de recibir lo que quiere. Para tener relaciones humanas sanas es indispensable hacerte cargo de recibir lo que quieres, pero esa es otra historia.


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¿Por qué es importante la gratitud?

Hace 2 meses murió el que fue mi papá de amor; el 17 de diciembre le diagnosticaron cáncer y en menos de 3 meses se fue… Me siento bastante dolido por no haber estado más cerca en el proceso de irse, sé que hice lo mejor que pude, sé que no me había caído el 20 de lo que grave que era su enfermedad, pero saber esto no me quita el sentirme de la chingada por haber estado lejos.

 

No dejaba de sentirme mal por estar lejos de él hasta que un día mi mama me dijo: “Yo siempre me molestaba porque tú y tu hermano no nos hablaban y el siempre me respondía: Así son, ellos no hablan pero nos aman mucho, acéptalos como son.” En ese momento mi dolor cambió ¿Por qué estuve lejos de alguien que me conocía y aceptaba como soy?

 

Desde ese día, no me he podido acercar mucho a la gente y tengo claro que es porque no me he permitido vivir el dolor. Hasta hoy, lo único que me permite tocar el dolor es agradecer lo que me dio. Muchas cosas en mi vida no existirían sino hubiera estado él en ella; me mostró lo grato que es que te lean un cuento, lo rico que es chupar despacio un chocolate y no devorarlo, a disfrutar los juegos de mesa, a darle a la gente su espacio, a sacar lo mejor de mi… años de lecciones.

 

Pero, la que para mi, es la mas valiosa me la dio cuando ya no estaba; aceptar a la gente como es y amarla como es. Entiendo por que tantas personas fueron a su funeral y por que tantos han llorado su muerte. No existen tantas personas con la cualidad de aceptar a los demás como son y estar cerca, cuidándote y cuidándolo. Mientras escribo esto y lloro, vienen personas a mi mente que sé son importantes para mi y veo como sí me he acercado en estos dos meses.

Para mi, la gratitud sin una acción correcta, no es gratitud autentica; si estoy agradecido con alguien por algo que hizo, busco la forma de hacérselo saber y darle algo de vuelta. Se que para mi papá de amor -donde quiera que esté- el verme mas cerca de la gente que quiero, es darle algo de vuelta; verme cercano y pleno, asustado y dolido, acercándome y aprendiendo… eso le es suficiente. 

 

El permitirme agradecer todo lo que me dio, me acerca a él. El agradecerle me duele porque fue alguien que me dio y nutrió mucho y ya no esta; el dolor es lo que me permite tomar la lección y hacer algo distinto. A veces para ganar mucho, tienes que perder cosas muy importantes para ti, pero esa es otra historia…

papádeamor